Además, las personas transgénero, los nativos americanos, los prisioneros y los miembros del ejército experimentan agresiones sexuales a tasas aún más altas. Es probable que conozcas a alguien que haya experimentado o experimentará una agresión sexual en su vida. La agresión sexual puede ocurrir mediante el uso de la fuerza física, amenazas, o cuando el agresor da a la víctima drogas o alcohol como parte de la agresión. Incluye violación y coerción sexual.
El consentimiento es un acuerdo claro y mutuo para participar en contacto o actividad sexual. Es importante saber que, incluso después de haber dado el consentimiento, puedes cambiar de opinión en cualquier momento.
En Colorado, la edad legal de consentimiento es 17 años. Cualquier persona menor de 17 años no puede dar su consentimiento legalmente, lo que significa que cualquier contacto o actividad sexual con alguien menor de esa edad se considera violación estatutaria. Esto no incluye las excepciones bajo la ley “Romeo y Julieta” de Colorado.
¿Sabías que tu capacidad para consentir es crucial cuando se trata de contacto o actividad sexual? Factores como estar bajo la influencia de drogas o alcohol, o encontrarse en un estado vulnerable, pueden afectar tu capacidad para dar un consentimiento informado y voluntario.
Al considerar el consentimiento, es importante preguntar:
- ¿La persona tiene una discapacidad del desarrollo o una lesión cerebral traumática que le impide consentir legalmente?
- ¿La persona estaba intoxicada? No se puede dar consentimiento si alguien está intoxicado o bajo la influencia de drogas.
- ¿La persona tiene una discapacidad física? Aunque las personas con discapacidades pueden consentir, si su discapacidad las deja indefensas y sin poder defenderse, no se ha dado consentimiento.
Otros factores a tener en cuenta:
- ¿El agresor era una persona con autoridad o de confianza?
- ¿La persona estaba inconsciente? Las personas inconscientes no pueden dar su consentimiento.
- ¿La persona es considerada un adulto vulnerable? Los adultos vulnerables, como los ancianos o personas enfermas que dependen de otros para su cuidado, pueden no ser capaces de dar su consentimiento.